Por distintas circunstancias, la mama puede descender perdiendo la redondez característica y volviéndose ovalada y a veces aplanada. Los factores que contribuyen a que esto suceda son constitucionales, como ser la elasticidad excesiva de la piel, el volumen mamario y adquirido por la edad, antecedentes de lactancia, que llevan a una disminución del contenido (glándula y grasa mamaria) o por el exceso de piel.